domingo, 30 de noviembre de 2008

Obama


sábado, 29 de noviembre de 2008

Cash refound

En todas las películas de Hollywood se caracterizan por haber grandes persecuciones entre los polis y los cacos, y éstos últimos siempre casi atropellan a los vagabundos, pero no pueden impedir echar por los aires todas sus latas que llevan en los carros de la compra. LLevan todas estas latas, porque en algunos estados de América (entre ellos California), por cada lata o envase de cualquier tipo que devuelven son recompensados con algunos centavos.


En este caso, eran 10.

Aziza restaurant

Es un restaurante marroquí situado en Geary con la 22th avenue. Se caracteriza por servir una comida excelente en un ambiente relajado, sofisticado, y quizás para mi, excesivamente oscuro ya que combinado con el jetlag, era un sufrimiento constante.
El servicio es rápido, educado y atento en todo momento.

Algunos compañeros llegaron tarde, por tanto pedimos unos cocktails, pensé en el champagne pommegranate, el cual se caracteriza por ser una mezcla de zumo de granada, champagne y zumo de vodka con limón (no llevaba). Viniendo de un país donde el cava es una bebida espumosa excelente; para mi gusto, el zumo de granada sobraba.

Respecto a la comida, yo me decidí por unas alcachofas troceadas de primero (artichoke with tibetan pear, parsley, caper, parmigiano-reggiano, lemon) y de segundo plato, ternera con cuscús (beef with couscous, carrot-tomato stew, brown butter). La carne, la cual estaba cortada en pequeños tacos, se deshacía rápidamente en la lengua, con lo cual el sabor era extremo, y combinado con el tomate fresco cocinado... Un éxtasi.

El precio total (sin postres, sin cafés), fue por unos 60 USD (incluida el 18% en propinas). Aunque también se puede pedir un menú de degustación con precio fijo.

Sin duda, si visitas SF Bay. Deja que tu estómago disfrute una noche.

Por cierto, aunque en la web se dice que hay danza del vientre, éste fue suprimido hace tres años.

Aziza 5800 Geary Boulevard
San Francisco,
California Telephone: 415.752.2222

viernes, 28 de noviembre de 2008

Black Friday

Black friday és el día después de Accción de Gracias. Es un día donde las rebajas son una locura. Las dos hermanas pensionistas que luchan por tener la mejor posición el dos de enero de cada año en el Corte Inglés , serían simplemente unas principiantes. El Black Friday, es el día donde hay más artículos rebajados y en donde las rebajas pueden llegar hasta un 70%. Muchos de los centros comerciales más importantes abren a las 4 de la mañana y anuncian que para los 50 o 100 primeros abrán artículos como ordenadores, televisiones, prácticamente gratis.

En el caso de SF, el centro neurálgico de las compras es Union Square, en donde está Macy's, Levi's, Nike o Apple store. Hay que destacar que por estas fechas hay habilitada en este plaza una pista de hielo.
La locura llegó hasta tal punto que en un Wal-Mart de Long Island, fruto de una estampida, murió un empleado. Más o menos lo que sucede en África por un trozo de pan, pero por razones y motivos diferentes.

Si quéreis saber algo más de esta noticia...
En el caso de SF todo fue más tranquilo, al menos cuando yo estuve por allí (después de comer). Me siento más acosado y agobiado cualquier sábado de rebajas en el Portal de l'Àngel de Barcelona.

Vistas desde el balcón.

Por un lado... la Isla de Alcatraz

Por el otro... Coet Tower

jueves, 27 de noviembre de 2008

Dr Pepper


The turkey

El dia de acción de gracias se caracteriza por levantarse más o menos pronto e ir al supermercado para comprar todo lo que te falta para la gran comida. Es un día en el cual todos los centros comerciales están repletos de gente stresada intentando que no se les olvide absolutamente nada.

Pero el gran el clímax de nerviosismo es cuando se hace cola para obtener a la gran estrella de este día; el pavo. Se hace una larga cola para recogerlo, el cual está congelado y fue reservado con varias semanas de antelación.

Después toca cocinarlo, la misma tienda te da una especie de líquido con el que lo has de cocinar. Se pone al horno y cada cierto tiempo, se debe ir remojando con su propio jugo . Las familias americanas lo suelen rellenar toda clase de fruta, carne, verdura. Nosotros no. Cada invitado se encargó de traer diversos platos, los cuales fueron el acompañamiento del pavo. La sensación después de la cena, es la misma que el día de Navidad... Almax

La cadena de supermercados wholefoods se caracteriza por vender porductos sin ningún tipo de aditivos químicos y por ser completamente natural. Recomiendo probar la Coca Cola sin cafeina y realizada a base de caña de azúcar.


Thanksgiving day

Thanksgiving o Thanksgiving Day es una festividad propia de los Estados Unidos de América que se celebra con carácter anual el cuarto jueves de noviembre

Prácticamente todas las culturas del mundo han realizado, y muchas mantienen, celebraciones de agradecimiento a sus correspondientes divinidades por la bendición de una cosecha abundante. Las vacaciones de Acción de Gracias, americanas comenzaron siendo un sencillo banquete de acción de gracias en los tempranos días de las colonias americanas, hace casi cuatrocientos años. En la cultura estadounidense, Thanksgiving nació como un “harvest festival”, es decir, una simple fiesta de la cosecha. De ahí que muchos de los símbolos de Thanksgiving tengan que ver con el mundo de las cosechas y de los campos en general: calabazas (pumpkins), hojas de parra (fig leafs), o espantapájaros (scarecrows)

Los orígenes de Thanksgiving se remontan al año 1620 cuando un barco (el Mayflower) con más de 100 colonos ingleses cruzó el Atlántico para instalarse en el Nuevo Mundo. Este grupo de “pilgrims”, de fuertes convicciones religiosas, se oponía a las creencias de la iglesia anglicana, y por tanto al final tuvo que emprender la travesía del océano para escapar de la horca. Los peregrinos (pilgrims) se instalaron en el que es ahora el actual Estado de Massachussets, concretamente en la histórica colonia de Plymouth Rock. Su primer invierno en el Nuevo Mundo americano fue extremadamente difícil. Pasaron hambre, frío y murieron la mitad de los colonos. En la primavera siguiente, ayudados por los indios Wampanoag, aprendieron a sembrar maíz, una planta antes ignorada para los colonos. Los indios les enseñaron también a cultivar otros alimentos, a cazar y a pescar. En el otoño de 1621 fueron recolectadas generosas cosechas de grano, cebada, frijoles y calabazas. Los colonos, como muestra de agradecimiento religioso organizaron un festín, que los americanos han denominado históricamente así: The America’s First Thanksgiving. Los “pilgrims” invitaron al Gran Jefe y a 90 indios de su tribu Wampanoag.

Los indios llevaron carne de ciervo para ser asada y pavos (turkeys). Los colonos (pilgrims) habían aprendido cómo cocinar los arándanos y prepararon las diferentes clases de grano sobre vajillas desconocidas para los indígenas. Para este primer día de Acción de Gracias, los indios habían llevado hasta palomitas de maíz. De aquí se desprende que incluso hoy día Thanksgiving and pilgrims sean expresiones estrechamente unidas (información obtenida del rincón del vago)

Actualmente se hacen algunas protestas en la Isla de Alcatraz como repulsa a todo lo que el hombre blanco le ha hecho a la cultura india durante todos estos años. Pero son minoritarias, ya que es una fiesta de gran importancia para la cultura norteamericana, se las familias se reunen, hablan, dan gracias por todo lo bueno que tienen, y piden piden bendiciones para los suyos. Y por supuesto mientras comen el famoso turkey (pavo) viendo el típico partido de acción de gracias de american football.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Hi San Francisco Bay

Bueno, volví a San Francisco otra vez, por unos días a pasar el thanksgiving day (acción de gracias). Esta vez volé con una compañía enteramente europea, KLM. Ciertamente me encantó. Hice escala en Amsterdam y el test basado en la indiscreción me lo hicieron en el mostrador del Prat, centrado básicamente en dos preguntas... Nombre y dirección de destino, por tanto recomiendo que para ahorrarse el test, siempre que se tenga a volar a USA sea con vuelo directo o bien evitar una compañía americana en el vuelo de escala.

La comida no estuvo mal (fish or chicken, que a la fin es lo mismo). También me fijé que con una lata de Coca Cola, servían a dos pasajeros, recuerdo hace unos años en los cuales podías pedir lo que querías y cuantas veces querías, será por la crisi global?. Pero sin duda, lo más interesante del viaje (por decir algo) fue un ataque de epilepsia en pleno vuelo, se caracterizó por lo típico... azafatas corriendo, por megafonía preguntando si había algún médico (que sí lo había), mucho chafardero (entre ellos, yo) y el susodicho estirado en posición de defensa para que no se mordiera la lengua. Al aterrizar entraron personas de todo tipo... médicos, bomberos, policías, agentes de aduanas... y unos de los cuales dijo... Welcome to San Francisco!!! Típico americano.

Al llegar a inmigración, me tocó el agente J. Padilla, que por supuesto hablaba español, y entonces como el que no quiere la cosa y con aires de colega de toda la vida, te pregunta sobre tu intimidad (dónde vas, con quién, cuántos días, ya viniste en julio, por qué tanto??, mientras te toma las huellas de tus pulgares, de tus 8 dedos restantes, para acabar con una linda foto de tu cara. Nunca me acostumbraré a que me traten como un terrorista, pero como dicen ellos It is what it is.

Y finalmente me quedaba pasar aduanas, que por cierto estaba un poco asustado, ya que llevaba jamón del bueno y sobrasada (estos yanquis, lo que es saber comer... no saben nada). En el avión las azafatas te dan dos formularios (uno de inmigración y uno de aduanas), en el segundo declaras bajo juramento que no llevas carne, insectos, plantas, cultivos biológicos, vacunas..., y por supuesto... yo? yo no llevo nada y firmé.. y claro si te abren la maleta, y te encuentran jamoncito y esa extraña masa roja llamada sobrasada, puedes tener un problemilla, pero por suerte... Next please!

El vuelo duró 10 horas.

domingo, 16 de noviembre de 2008

viernes, 14 de noviembre de 2008

I LVE BCN VI


miércoles, 12 de noviembre de 2008

John Butler Trio

Esta banda australiana llamada John Butler Trio, me ha ofrecido sin duda los 8 minutos 46 segundos más intensos de esta semana. Yo creo que no hace falta intentar describir como mezclan el folk, el funk o el rock o si sencillamente es un nuevo estilo. Esta banda aussie es un jamming puro.

Vamos a desconectar un rato...
http://www.youtube.com/watch?v=BsM0H2EdCm4&feature=related

lunes, 10 de noviembre de 2008

Iñárritu en Barcelona

El pasado domingo iba paseando por Passeig de Gràcia, y cuando llego a las Ramblas, me encuentro una aglomeración de personas y diferente gente con walkitalkie, indicando "No se paren, circulen por favor". Consistía en el rodaje de la última película de Iñarritu (Babel, Amores perros o 21gr.) llamada biutiful. La imagen era bastante curiosa, un mosso d'esquadra enseñando a 3 actores vestidos como tal, indicándoles de que manera hay que darle con la porra a alguien para que le se doble la rodilla "dale más fuerte, no parece real, dale más fuerte", le decía el mosso al aprendiz de mosso.

Poco después se inició el rodaje de la película, esta secuencia consitía en tres africanos top manta corriendo por las ramblas perseguidos por mossos d'esquadra (que por cierto, los sin papeles se acaban escapando, como sucede en la realidad). Es curioso, que antes en las películas, Barcelona aparecía como una ciudad donde somos debotos del flamenco, o de los toros, y ahora parece que son los top manata perseguidos por la policía.






Por cierto, los walkie-talkie man pudieron echar y mover a todo el mundo del inicio de las Ramblas, excepto a tres mujeres sentadas en las sillas de las Ramblas. Ellas se reían, y se lo pasaron en grande la mañana del domingo. O quizás eran actrices, lo veremos en el 2009, que es cuando se estrena la película.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Reflexión...


Después de leer sus discursos...
Se parecen en algo?

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Obama, 4 de Noviembre del 2008, Chicago

Si todavía queda alguien por ahí que aún duda de que Estados Unidos es un lugar donde todo es posible, quien todavía se pregunta si el sueño de nuestros fundadores sigue vivo en nuestros tiempos, quien todavía cuestiona la fuerza de nuestra democracia, esta noche es su respuesta.

Es la respuesta dada por las colas que se extendieron alrededor de escuelas e iglesias en un número cómo esta nación jamás ha visto, por las personas que esperaron tres horas y cuatro horas, muchas de ellas por primera vez en sus vidas, porque creían que esta vez tenía que ser distinta, y que sus voces podrían suponer esa diferencia.

Es la respuesta pronunciada por los jóvenes y los ancianos, ricos y pobres, demócratas y republicanos, negros, blancos, hispanos, indígenas, homosexuales, heterosexuales, discapacitados o no discapacitados. Estadounidenses que transmitieron al mundo el mensaje de que nunca hemos sido simplemente una colección de individuos ni una colección de estados rojos y estados azules.

Somos, y siempre seremos, los Estados Unidos de América.

Es la respuesta que condujo a aquellos que durante tanto tiempo han sido aconsejados a ser escépticos y temerosos y dudosos sobre lo que podemos lograr, a poner manos al arco de la Historia y torcerlo una vez más hacia la esperanza en un día mejor.

Ha tardado tiempo en llegar, pero esta noche, debido a lo que hicimos en esta fecha, en estas elecciones, en este momento decisivo, el cambio ha venido a Estados Unidos.

Esta noche, recibí una llamada extraordinariamente cortés del senador McCain.

El senador McCain luchó larga y duramente en esta campaña. Y ha luchado aún más larga y duramente por el país que ama. Ha aguantado sacrificios por Estados Unidos que no podemos ni imaginar. Todos nos hemos beneficiado del servicio prestado por este líder valiente y abnegado.

Le felicito; felicito a la gobernadora Palin por todo lo que han logrado. Y estoy deseando colaborar con ellos para renovar la promesa de esa nación durante los próximos meses.

Quiero agradecer a mi socio en este viaje, un hombre que hizo campaña desde el corazón, e hizo de portavoz de los hombres y las mujeres con quienes se crío en las calles de Scranton y con quienes viajaba en tren de vuelta a su casa en Delaware, el vicepresidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden.

Y no estaría aquí esta noche sin el respaldo infatigable de mi mejor amiga durante los últimos 16 años, la piedra de nuestra familia, el amor de mi vida, la próxima primera dama de la nación, Michelle Obama.

Sasha y Malia, os quiero a las dos más de lo que podéis imaginar. Y os habéis ganado el nuevo cachorro que nos acompañará hasta la nueva Casa Blanca. Y aunque ya no está con nosotros, sé que mi abuela nos está viendo, junto con la familia que hizo de mí lo que soy. Los echo en falta esta noche. Sé que mi deuda para con ellos es incalculable

A mi hermana Maya, mi hermana Alma, al resto de mis hermanos y hermanas, muchísimas gracias por todo el respaldo que me habéis aportado. Estoy agradecido a todos vosotros. Y a mi director de campaña, David Plouffe, el héroe no reconocido de esta campaña, quien construyó la mejor, la mejor campaña política, creo, en la Historia de los Estados Unidos de América.

A mi estratega en jefe, David Axelrod, quien ha sido un socio mío a cada paso del camino. Al mejor equipo de campaña que se ha compuesto en la historia de la política. Vosotros hicisteis realidad esto, y estoy agradecido para siempre por lo que habéis sacrificado para lograrlo.

Pero sobre todo, no olvidaré a quién pertenece de verdad esta victoria. Os pertenece a vosotros. Os pertenece a vosotros.

Nunca parecí el aspirante a este cargo con más posibilidades. No comenzamos con mucho dinero ni con muchos avales. Nuestra campaña no fue ideada en los pasillos de Washington. Se inició en los jardines traseros de Des Moines y en los cuartos de estar de Concord y en los porches de Charleston. Fue construida por los trabajadores y las trabajadoras que recurrieron a los pocos ahorros que tenían para donar a la causa cinco dólares y diez dólares y veinte dólares

Adquirió fuerza de los jóvenes que rechazaron el mito de la apatía de su generación, que dejaron atrás sus casas y sus familiares para hacer trabajos que les procuraron poco dinero y menos sueño.

Adquirió fuerza de las personas no tan jóvenes que hicieron frente al gélido frío y el ardiente calor para llamar a las puertas de desconocidos y de los millones de estadounidenses que se ofrecieron voluntarios y organizaron y demostraron que, más de dos siglos después, un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no se ha desvanecido de la Tierra.

Esta es vuestra victoria.

Y sé que no lo hicisteis sólo para ganar unas elecciones. Y sé que no lo hicisteis por mí. Lo hicisteis porque entendéis la magnitud de la tarea que queda por delante. Mientras celebramos esta noche, sabemos que los retos que nos traerá el día de mañana son los mayores de nuestras vidas -dos guerras, un planeta en peligro, la peor crisis financiera desde hace un siglo-.

Mientras estamos aquí esta noche, sabemos que hay estadounidenses valientes que se despiertan en los desiertos de Irak y las montañas de Afganistán para jugarse la vida por nosotros.

Hay madres y padres que se quedarán desvelados en la cama después de que los niños se hayan dormido y se preguntarán cómo pagarán la hipoteca o las facturas médicas o ahorrar lo suficiente para la educación universitaria de sus hijos.

Hay nueva energía por aprovechar, nuevos puestos de trabajo por crear, nuevas escuelas por construir, y amenazas por contestar, alianzas por reparar.

El camino por delante será largo. La subida será empinada. Puede que no lleguemos en un año ni en un mandato. Sin embargo, Estados Unidos, nunca he estado tan esperanzado como estoy esta noche de que llegaremos.

Os prometo que, nosotros, como pueblo, llegaremos.

Habrá percances y comienzos en falso. Hay muchos que no estarán de acuerdo con cada decisión o política mía cuando sea presidente. Y sabemos que el gobierno no puede solucionar todos los problemas.

Pero siempre seré sincero con vosotros sobre los retos que nos afrontan. Os escucharé, sobre todo cuando discrepamos. Y sobre todo, os pediré que participéis en la labor de reconstruir esta nación, de la única forma en que se ha hecho en Estados Unidos durante 221 años bloque por bloque, ladrillo por ladrillo, mano encallecida sobre mano encallecida.

Lo que comenzó hace 21 meses en pleno invierno no puede terminar en esta noche otoñal. Esta victoria en sí misma no es el cambio que buscamos. Es sólo la oportunidad para que hagamos ese cambio. Y eso no puede suceder si volvemos a como era antes. No puede suceder sin vosotros, sin un nuevo espíritu de sacrificio.

Así que hagamos un llamamiento a un nuevo espíritu del patriotismo, de responsabilidad, en que cada uno echa una mano y trabaja más y se preocupa no sólo de nosotros mismos sino el uno del otro.

Recordemos que, si esta crisis financiera nos ha enseñado algo, es que no puede haber un Wall Street (sector financiero) próspero mientras que Main Street (los comercios de a pie) sufren.

En este país, avanzamos o fracasamos como una sola nación, como un solo pueblo. Resistamos la tentación de recaer en el partidismo y mezquindad e inmadurez que han intoxicado nuestra vida política desde hace tanto tiempo.

Recordemos que fue un hombre de este estado quien llevó por primera vez a la Casa Blanca la bandera del Partido Republicano, un partido fundado sobre los valores de la autosuficiencia y la libertad del individuo y la unidad nacional.

Esos son valores que todos compartimos. Y mientras que el Partido Demócrata ha logrado una gran victoria esta noche, lo hacemos con cierta humildad y la decisión de curar las divisiones que han impedido nuestro progreso.

Como dijo Lincoln a una nación mucho más dividida que la nuestra, no somos enemigos sino amigos. Aunque las pasiones los hayan puesto bajo tensión, no deben romper nuestros lazos de afecto.

Y a aquellos estadounidenses cuyo respaldo me queda por ganar, puede que no haya obtenido vuestro voto esta noche, pero escucho vuestras voces. Necesito vuestra ayuda. Y seré vuestro presidente, también.

Y a todos aquellos que nos ven esta noche desde más allá de nuestras costas, desde parlamentos y palacios, a aquellos que se juntan alrededor de las radios en los rincones olvidados del mundo, nuestras historias son diversas, pero nuestro destino es compartido, y llega un nuevo amanecer de liderazgo estadounidense.

A aquellos, a aquellos que derrumbarían al mundo: os vamos a vencer. A aquellos que buscan la paz y la seguridad: os apoyamos. Y a aquellos que se preguntan si el faro de Estados Unidos todavía ilumina tan fuertemente: esta noche hemos demostrado una vez más que la fuerza auténtica de nuestra nación procede no del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza sino del poder duradero de nuestros ideales; la democracia, la libertad, la oportunidad y la esperanza firme.

Allí está la verdadera genialidad de Estados Unidos: que Estados Unidos puede cambiar. Nuestra unión se puede perfeccionar. Lo que ya hemos logrado nos da esperanza con respecto a lo que podemos y tenemos que lograr mañana.

Estas elecciones contaron con muchas primicias y muchas historias que se contarán durante siglos. Pero una que tengo en mente esta noche trata de una mujer que emitió su papeleta en Atlanta. Ella se parece mucho a otros que guardaron cola para hacer oír su voz en estas elecciones, salvo por una cosa: Ann Nixon Cooper tiene 106 años.

Nació sólo una generación después de la esclavitud; en una era en que no había automóviles por las carreteras ni aviones por los cielos; cuando alguien como ella no podía votar por dos razones -porque era mujer y por el color de su piel. Y esta noche, pienso en todo lo que ella ha visto durante su siglo en Estados Unidos- la desolación y la esperanza, la lucha y el progreso; las veces que nos dijeron que no podíamos y la gente que se esforzó por continuar adelante con ese credo estadounidense: Sí podemos.

En tiempos en que las voces de las mujeres fueron acalladas y sus esperanzas descartadas, ella sobrevivió para verlas levantarse, expresarse y alargar la mano hacia la papeleta. Sí podemos. Cuando había desesperación y una depresión a lo largo del país, ella vio cómo una nación conquistó el propio miedo con un Nuevo Arreglo, nuevos empleos y un nuevo sentido de propósitos comunes.

Sí podemos

Cuando las bombas cayeron sobre nuestro puerto y la tiranía amenazó al mundo, ella estaba allí para ser testigo de cómo una generación respondió con grandeza y la democracia fue salvada.

Sí podemos.

Ella estaba allí para los autobuses de Montgomery, las mangas de riego en Birmingham, un puente en Selma y un predicador de Atlanta que dijo a un pueblo: "Lo superaremos".

Sí podemos.

Un hombre llegó a la luna, un muro cayó en Berlín y un mundo se interconectó a través de nuestra ciencia e imaginación.

Y este año, en estas elecciones, ella tocó una pantalla con el dedo y votó, porque después de 106 años en Estados Unidos, durante los tiempos mejores y las horas más negras, ella sabe cómo Estados Unidos puede cambiar.

Sí podemos.

Estados Unidos, hemos avanzado mucho. Hemos visto mucho. Pero queda mucho más por hacer. Así que, esta noche, preguntémonos -si nuestros hijos viven hasta ver el próximo siglo, si mis hijas tienen tanta suerte como para vivir tanto tiempo como Ann Nixon Cooper, ¿qué cambio verán? ¿Qué progreso habremos hecho?

Esta es nuestra oportunidad de responder a ese llamamiento. Este es nuestro momento. Estos son nuestros tiempos, para dar empleo a nuestro pueblo y abrir las puertas de la oportunidad para nuestros pequeños; para restaurar la prosperidad y fomentar la causa de la paz; para recuperar el sueño americano y reafirmar esa verdad fundamental, que, de muchos, somos uno; que mientras respiremos tenemos esperanza.

Y donde nos encontramos con escepticismo y dudas y aquellos que nos dicen que no podemos, contestaremos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: Sí podemos.

Gracias. Que Dios os bendiga. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América.

Discurso intrego en inglés en

http://www.youtube.com/watch?v=Jll5baCAaQU

domingo, 2 de noviembre de 2008

Martin Luther King, 28 de agosto de 1963, Washington

Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy día en esta que será, en la historia, la más grande demostración para la libertad en la historia de nuestro País.

Hace cien años, un gran Americano, en cuya simbólica sombra estamos hoy parados, firmó la Proclamación de la Emancipación. Este trascendental decreto vino como un gran rayo de luz de esperanza para millones de esclavos Negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Vino como un lindo amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero cien años después, el Negro aún no es libre; cien años después, la vida del Negro aún es tristemente lisiada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el Negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el Negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad Americana y se encuentra desterrado en su propia tierra.

Entonces hemos venido hoy día aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En un sentido hemos venido a la capital de nuestro País a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaración de Independencia, ellos firmaban un pagaré del cual cada Americano sería el heredero. Este pagaré era la promesa que todo hombre, sí, el hombre negro y el hombre blanco, tendrían garantizados los derechos inalienables de vida, libertad, y búsqueda de la felicidad.

Es obvio hoy día que América ha incumplido este pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos de color. En lugar de honrar esta sagrada obligación, América ha dado a la gente Negra un cheque malo; un cheque que ha regresado con el sello “fondos insuficientes.” Pero rehusamos creer que el Banco de Justicia está quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de oportunidad de este País. Y entonces hemos venido a cobrar este cheque, el cheque que nos dará sobre manera la riqueza de libertad y la seguridad de justicia.

También hemos venido a este sagrado lugar para recordar a América la urgencia impetuosa de ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de Democracia; ahora es el momento de salir del obscuro y desolado valle de la segregación al camino alumbrado de la justicia racial; ahora es el momento de sacar nuestro País de las arenas movedizas de la injusticia racial, a la piedra sólida de la hermandad; ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento. Este verano ardiente por el legítimo descontento del Negro, no pasará hasta que no haya un otoño vigoroso de libertad e igualdad.
1963 no es el fin, si no el principio. Y los que pensaban que el Negro necesitaba desahogarse para sentirse contento, tendrán un rudo despertar si el País regresa al mismo oficio. No habrá ni descanso ni tranquilidad en América hasta que al Negro se le garantice sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán a sacudir las bases de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia.

Pero hay algo que yo debo decir a mi gente, los cuales están parados en el umbral gastado que conduce al palacio de la justicia. En el proceso de ganar el lugar que nos corresponde, no debemos ser culpables de hechos censurables. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad con tomar de la taza de la amargura y del odio. Siempre tendremos que conducir nuestra lucha en el plano alto de la dignidad y disciplina. No podemos permitir que nuestras protestas creativas se degeneren en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas del encuentro de la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia, la cual ha envuelto a la comunidad Negra, no debería llevarnos a desconfiar de toda la gente blanca; porque varios de nuestros hermanos blancos, como se ve hoy día por su presencia aquí, han venido a darse cuenta que su destino esta amarrado con nuestro destino. Y ellos han llegado a darse cuenta que su libertad esta inseparablemente unida a nuestra libertad. No podemos caminar solos. Y al caminar, debemos hacer la promesa que siempre marcharemos adelante. No podemos volver atrás.

Hay aquellos que están preguntando a los devotos de los Derechos Civiles, “Cuando estarán satisfechos?” Nunca podremos estar satisfechos mientras que el Negro sea víctima de horrores indescriptibles de brutalidad policial; nunca podremos estar satisfechos mientras que nuestros cuerpos, pesados por la fatiga de viajar, no podemos alojarnos en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades; no podremos estar satisfechos mientras que la mobilidad básica del Negro es de un barrio pequeño a uno más grande; nunca podremos estar satisfechos mientras que nuestros hijos están despojados de su personalidad y robados de su dignidad por un letrero escrito “Sólo Para Blancos,” no podremos estar satisfechos mientras que el Negro de Mississippi no pueda votar y el Negro de New York crea que no tiene nadie por quién votar. No! No, no estamos satisfechos, y no estaremos satisfechos hasta “que la justicia corra como el agua y las virtudes como una fuerte quebrada,“

Yo no desconozco que algunos de ustedes han venido pasta aquí con grandes esfuerzos y tribulaciones. Algunos de ustedes han llegado recién de unas angostas celdas. Algunos de ustedes han venido de áreas donde su búsqueda de libertad los ha dejado golpeados por la tormenta de persecución y derrumbados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes han sido los veteranos de sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la fé de que el sufrimiento no merecido es redentorio. Regresen a Mississippi; Regresen a Alabama; Regresen a South Carolina; Regresen a Georgia; Regresen a Louisiana; Regresen a los barrios bajos y a los ghettos de nuestras ciudades Norteñas, sabiendo que de alguna manera esta situación podrá y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperación.

Entonces les digo a ustedes, mis amigos, que aunque nosotros enfrentemos las dificultades de hoy y de mañana, aún yo tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño Americano, que un día esta nación surgirá y vivirá verdaderamente de su credo, “nosotros mantenemos estos derechos patentes, que todo hombre es creado igual.” Yo tengo un sueño que ese día en las tierras rojas de Georgia, hijos de esclavos anteriores e hijos de dueños de esclavos anteriores se podrán sentar juntos a la mesa de la hermandad. Yo tengo un sueño que un día aún el estado de Mississippi, un estado ardiente por e1 calor de justicia, ardiente por el calor de la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia. Yo tengo un sueño que mis cuatro pequeños hijos algún día vivirán en una nación donde no serán juzgados por el color de la piel, sino por el contenido de sus carácteres.

Hoy yo tengo un sueno!

Yo tengo un sueño que un día en Alabama, con sus racistas viciosos, con su Governador con sus labios goteando palabras de interposición y nulificación, un día allí en Alabama los pequeños negros, niños y niñas, podrán unir las manos con pequeños blancos, niños y niñas, como hermanos y hermanas.

Hoy yo tengo un sueno!

Yo tengo un sueño que algun día cada valle será elevado, y cada colina y montaña serán hechas llanas. Los lugares más ásperos serán aplanados y los lugares torcidos serán hechos rectos, “y la gloria de Dios será revelada y todo género humano se verá junto.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fé con la cual yo regreso al Sur. Con esta fé podremos labrar de la montaña de la desesperación, una piedra de esperanza. Con esta fé podremos transformar el sonido discordante de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fé podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, pararse juntos por la libertad, sabiendo que algún día seremos libres, y este es el día. Este será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar con nuevos sentidos “Mi País es de ti, dulce tierra de libertad a ti yo canto. Tierra donde mi padre murió, tierra del orgullo de los peregrinos, de cada lado de la montaña, dejemos resonar la libertad.” Y si América va a ser una grande nación, ésto tendrá que hacerse realidad.

Entonces dejen resonar la libertad desde la cima de los montes prodigiosos de New Hampshire; dejen resonar la libertad desde las poderosas montañas de New York; dejen resonar la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pennsylvania; dejen resonar la libertad desde las rocas cubiertas de nieve de Colorado; dejen resonar la libertad desde las curvosas cuestas de California. Pero no sólo ésto. Dejen resonar la libertad de la Montaña de Piedra de Georgia; dejen resonar la libertad desde la montaña Lookout de Tennessee; dejen resonar la libertad desde cada colina y montaña de Mississippi. “De cada lado de montaña dejen resonar la libertad.” Y cuando ésto pase y cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar de cada aldea y cada caserío, de cada estado y cada ciudad, podemos apurar el día en que todos los hijos de Dios, hombre negro y hombre blanco, Judíos y Cristianos, Protestantes y Católicos, podemos unir nuestras manos y cantar en las palabras del viejo espiritual Negro: “Libre al Fin, Libre al Fin; Gracias Dios Omnipotente, somos libres al fin.”

El discurso íntegro en inglés en...
http://www.youtube.com/watch?v=PbUtL_0vAJk